Por Magdalena López Cornú
La comunicación es una parte intrínseca de nuestra vida diaria. Ya sea que estemos cantando en la ducha, el outfit que escogemos cada mañana o simplemente la forma en que comemos nuestro almuerzo en el trabajo. No siempre lo hacemos con la intención de comunicar algo a los demás, sin embargo, estos actos reflejan nuestra naturaleza, la necesidad que tenemos de expresarnos, aunque sea solo para nosotros mismos o sin intención alguna.
Un Lenguaje Silencioso
Existen gestos y señales en nuestra vida cotidiana que comunican mensajes claros sin necesidad de palabras. Un disco pare que sugiere que no se puede pasar a menos de que no venga otro vehículo por la calle. En el baño de un avión donde el seguro en rojo indica que está ocupado. O que una mochila en un asiento aparta un lugar. Estos son algunos ejemplos de cómo la comunicación no verbal juega un papel crucial en la transmisión de información simple y directa.
Todo el tiempo y en todas partes
No pasa un día sin que nos comuniquemos de alguna manera. Ya sea frente a frente, a través de una llamada de teléfono, un mensaje de texto o una publicación en redes sociales, siempre tenemos algo que decir. La necesidad de comunicarnos es tan fundamental que incluso las personas sordo-mudas utilizan el lenguaje de señas para expresarse. Se podría decir que nuestro mundo es como una gran pared llena de anuncios, cada persona transmitiendo un mensaje que asimilamos e interpretamos según nuestro contexto.
Es humano
En este mismo momento, este artículo está tratando de comunicar un mensaje. Alrededor de nosotros, las personas conversan sobre una infinidad de temas, desde que compraron en el Cyber Day, hasta cómo les fue en su día. Nunca nos callamos, nunca dejamos de comunicarnos, y eso es lo que nos hace únicos como especie. Si bien las células vivas y los animales también se comunican, lo hacen de manera funcional, no para compartir experiencias o simplemente “conversar".
La comunicación humana va más allá de la mera transmisión de información. Es un recurso para construir relaciones, compartir experiencias y expresar nuestras emociones y pensamientos más profundos. Es esta capacidad de comunicarnos en múltiples niveles y contextos lo que nos distingue y nos conecta como personas
